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Hartazgo en acción

Hartazgo

¿Seré yo, o será una condición que llega con la madurez? Últimamente el hartazgo tarda mucho en despedirse de mí para permitirme seguir viviendo en esta maraña de gente cada vez más innoble, cada vez más impía, cruel y estúpida. Dicen por allí que el hartazgo tal vez es una oportunidad para eternizar el olvido; pero el olvido es precisamente un lujo que los activistas por los derechos de los animales no nos podemos dar.

En estas últimas semanas hemos sido testigos de dos actos particularmente indignos en los que la estupidez humana le ganó la partida al sentido común, a la decencia y a la empatía que se espera, por lo menos en una cantidad ínfima, de seres que voluntaria y conscientemente han esclavizado a animales a quienes privaron de sus familias, sus hábitats y sus vidas como seres de la creación.

El primer caso en el zoológico de Santiago en Chile donde un demente desnudo se arrojó al foso de los leones. Los medios rápidamente se apresuraron a decir que “las imágenes podían herir susceptibilidades” pues los leones, molestados por el loco suicida, empezaron a hacer lo que les dicta su naturaleza. No atacaron al imbécil porque eran leones malos, asesinos o ávidos de sangre, sino porque así lo determinaban siglos y siglos de naturaleza establecida. ¿Y dónde quedó la susceptibilidad por los disparos que acabaron con estos magníficos animales? Estoy completamente segura que en ese momento también había niños presentes, pero, en esta sociedad especista y cruel, ese detalle queda olvidado. Con taparles los ojos y comprarles una golosina barata para que se les pase el susto basta. De allí, a cogerlos de la mano y a seguir enseñándoles la larga fila de esclavos que, con ojos tristes, con el espíritu muerto y con claros signos psicóticos deambulan en círculos en eternas jaulas esperando el día en que la muerte los libere. ¡Linda lección para los niños¡¡Excelente lección en valores, en principios, en la idea central de lo que la libertad, el respeto y la decencia significan! Su desensibilización se refuerza y su capacidad de empatía se reduce a niveles mínimos, reforzando la idea de que los animales están en este mundo para servirlos, para comerlos, para usarlos, para entretenerlos, para matarlos a balazos cuando la vida de “cualquier” humanoide – aunque éste no valga la pena – esté en riesgo. Esa fue precisamente la excusa especista de Alejandra Montalva, la directora del zoológico chileno, cuando fue entrevistada por la prensa.

Y luego, en el Zoológico de Cincinnati, después de más de 17 años de explotación y cautiverio, el gorila Harambe murió baleado por la irresponsabilidad de una tipa incapaz de controlar a su hijo. Harambe, siendo gorila, teniendo en sus genes la característica de ser un animal sociable y familiar, y siendo vegetariano, siempre asumió una actitud de protección frente al mocoso intruso. Pero los gritos de los humanoides, la confusión y la premura del momento, tal vez lo confundieron un tanto al punto de que arrastró al niño sin saber qué hacer. Los que sí supieron que hacer fueron quienes lo mataron bajo el pretexto de “salvar” la vida del niño.

Luego de la injusta muerte de Harambe, la etóloga Australiana Gisela Kaplan de la Universidad de Nueva Inglaterra afirmó que el niño nunca estuvo en peligro pues él, por ser un niño, no representaba una amenaza para el gorila. Harambe hubiera entendido que se trataba de un niño indefenso necesitado de protección. Kaplan dijo que los gorilas no son una especie agresiva y que, si el gorila hubiera querido dañar al niño, le hubiera dado alguna señal de advertencia, como golpear repetidamente su pecho, a la mejor usanza de los gorilas protectores de su grupo.

Harambe estaba investigando lo que sucedía y por eso se dirigió al lugar en el que el niño estaba. Él simplemente estaba siguiendo su comportamiento natural y probablemente su intención fue mover al niño lejos de todos los gritos de la gente. Entre los primates, los gritos solo se utilizan en situaciones extremas y cuando esto sucede sus niveles de estrés se elevan.

Finalmente, Kaplan dijo que la muerte de Harambe tendrá un tremendo impacto en el grupo de gorilas. Todos sentirán el duelo y no podrán reemplazarlo con otro macho. Los gorilas tienen una conexión afectiva muy estrecha y el grupo entero quedará destruido.

Son este tipo de acciones las que me llenan de un hartazgo un tanto paralizante. Todo esto sumado a otras noticias que claramente indican que algunos seres humanos son la peor maldición que le pudo caer al mundo animal. Animales abusados en las calles, animales hacinados en pseudo-albergues por personas que – aunque tal vez bien intencionadas –  no entienden que una vida de privación y de miseria NO es la vida que ningún animal merece. Gente mentalmente inteligente que aún me sale con la excusa de que no hay suficiente comida vegana para satisfacer su paladar adictivo; gente enferma que a pesar de sus padecimientos sigue aferrada con uñas y dientes a los cadáveres y secreciones animales que les produjeron dichas enfermedades; gente que, en este tiempo y época, aún cree que tomarse una maldita foto con un animal en cautiverio es algo digno de reconocimiento y celebración.

Nos acusan de ser misántropos, pero, ¿cómo se puede ignorar, superar, olvidar o perdonar toda la serie de crueldades perpetrada sobre seres inocentes a los que la humanidad ha esclavizado desde el principio de los tiempos? ¿Hasta cuándo tendremos que esperar, o, mejor dicho, hasta cuándo tendrán ellos que esperar?

Hay momentos en los que desearía que una gigantesca revuelta ávida de justicia contagiara a todas las especies animales del planeta, que una hecatombe animal, similar a la transcendental escena de César diciendo “¡Noooo!” en el Planeta de los Simios, cayera con todo su poderío y fuerza contra los humanos explotadores y abusivos. Solo nos salvaríamos quienes los defendimos y protegimos a TODOS, salvaguardados con una “V” indeleble como señal de aceptación de un nuevo pacto de vida, libertad y justicia. Podemos tener sueños legendarios y épicos, ¿no? Pero en el entretiempo, hay que saber trabajar coordinadamente y sin ridículas envidias y rivalidades que de nada les sirven a los animales. Ellos no tienen tiempo para esperar a que se decida que foto, que cara o que logo se publica en la prensa.

Y para que eso suceda, hay que saber seguir los ejemplos eficaces, correctos; los ejemplos modelos como los que a mí me da mi Alma Mater, PETA. Nadie en el mundo entero trabaja como ellos; nadie tiene el mismo nivel de compromiso, de eficacia, de estrategia, de energía y de positivismo pese a la crueldad más extrema.

Estar con ellos hace unas semanas fue un bálsamo reparador para mi espíritu cansado y harto. Ahora mismo que necesito una inyección de paciencia y energía solo tengo que escribirles y el milagro sucede. Me levanto del hartazgo, miro un reflejo cansado en el espejo, y a la segunda vez, sé que no queda otro camino que seguir y seguir y seguir. No me queda otra opción con la que pudiera vivir tranquila. Sé que es la opción correcta, la única, la válida, la verdadera….

Bien lo dijo Schopenhauer, “La existencia humana debe ser una especie de error”. Concuerdo con él al cien por ciento (con honrosas excepciones, por supuesto); pero mientras dure esta batalla terrenal, no me queda otra que seguir luchando.

 

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Lecciones de vida

Mucha gente desinformada piensa que los animales no son capaces de sentir emociones, y por ende, incapaces de demostrar amor o formar amistades. Pues, para terminar la semana con una nota positiva y de esperanza, te dejo aquí una prueba fehaciente de lo contrario. Y no solamente de formar y mantener amistades entre individuos de su misma especie, sino de traspasarlas para demostrar sentimientos de felicidad, compañerismo, compasión, empatía, etc.

Si entiendes inglés, te dejo también en enlace del maravilloso programa de la PBS “Animal Odd Couples”: http://to.pbs.org/YOouf8

Quedarás sorprendido con los sentimientos positivos claramente manifestados por los animales, que en la mayoría de los casos, nos dan grandes lecciones de vida.

Y para terminar, 10 Historias de Lealtad Animal. Que nunca te quepe la menor duda de que los seres por los que luchas cada día, son seres maravillosos y superiores que merecen cada sacrificio que hacemos por ellos.

 

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Ejemplos a seguir

No es novedad saber que muchas veces los animales nos brindan miles de ejemplos de vida. Ejemplos de lealtad, de amor totalmente incondicional, de gratitud y de fortaleza.

En este fin de semana te dejo tres ejemplos de ellos: El agradecido león Christian, la loable labor de nuestros colegas de Villa Lorena en Colombia y la historia de la perrita Fe.

¡Disfrútalos y compártelos! 

 

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Queremos jaulas vacías

Cuando las personas piensan en animales salvajes, casi inmediatamente imaginan circos y zoológicos, pues es donde han podido tener cierto contacto con fabulosas especies de felinos, primates, reptiles y aves de todas las latitudes del mundo. Lamentablemente, la gente piensa que estos animales pueden entretener sanamente a niños y adultos.

Precisamente, ahí radica el secreto del negocio de los zoológicos, y en menor medida el de los circos: En hacernos creer que nos hacen conocer a los animales “tal como son en la naturaleza”.

Todo eso es absolutamente falso. En los zoológicos los animales no se comportan como lo hacen estando en libertad; no se aparean con la frecuencia y el éxito de natalidad de los animales que viven en libertad, ni tampoco llegan a vivir tantos años. Lo mismo pasa con los circos. En su estado natural, los animales nunca tienen que bailar con disfraces ridículos, saltar por aros de fuego, ni caminar en dos patas.

Los zoológicos son una actividad decadente y cruel que se vende como una actividad “educativa” que nos enseña sobre la naturaleza animal. La organización inglesa Nacido Libre que supervisa a los animales en los zoológicos de Europa, publicó un informe sobre los zoológicos en Inglaterra (un país supuestamente civilizado respecto a los animales). Se descubrió que los zoológicos ayudaban a reproducir especies en peligro de extinción, pero el 95% de la tasa de animales cautivos no estaba en ese riesgo. Peor aún; la mayoría de los zoológicos carecen de programas educativos para el público. A menudo, la información en los carteles es incompleta, ilegible o inexistente. Además, ¿cuánta gente realmente entiende y retiene esa información para decir que ha “aprendido” algo de los animales?

Por otro lado, los circos con animales son uno de los espectáculos más decadentes y anacrónicos de nuestra época. La crueldad que se esconde tras los brillos y las luces de colores en las tristes vidas de animales salvajes encerrados en estrechas e inmundas jaulas obligados a representar un espectáculo totalmente antinatural es evidente y clara para todo aquel que la quiera ver. Así como el zoológico dice educar, el circo dice que  “entretiene sanamente”. ¿Cómo puede ser entretenimiento sano ir a ver a animales arrancados de sus hábitats, encerrados las 24 horas del día, los 365 días del año, en jaulas y camiones, muchas veces enfermos y mal alimentados?

Al igual que en los zoológicos, muchos animales de circo padecen lo que se conoce como zoocosis, la enfermedad mental o locura que padecen los animales debido al encarcelamiento, la carencia de  ambientes naturales y la restricción de sus movimientos.

Para educar y entretener a tu familia o a tus hijos  tienes muchas opciones que no implican la tortura y la explotación de los animales. Y si quieres llevarlos a un circo, patrocina circos que no utilicen animales. Las sorprendentes destrezas de los seres humanos no sólo los divertirán sino que les enseñarán a respetar a estos seres que no existen para entretenernos.

Los circos y zoológicos no existirían si la gente rechazara patrocinarlos. En estos tiempos de información cibernética ya nadie puede usar el pretexto de la ignorancia o de lo que está claramente expuesto ante nuestros ojos. Las cadenas de explotación y esclavitud están a la vista de todos. El tedio, el aburrimiento y los maltratos también están allí. Lo único que hace falta ahora es la acción individual de todos para rechazar estos nefastos espectáculos y evolucionar humanitaria y éticamente.

 
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Posted by on February 14, 2012 in Circos y zoológicos

 

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Doce hechos asombrosos de los grandes felinos

1. Los leopardos de la nieve pueden saltar hasta 14 metros (el tamaño de una ballena).

2. De noche, los gatos ven 6 veces mejor que los seres humanos.

3. El Tigre de Bengala es el animal nacional de la India.

4. El sentido del olfato de los grandes felinos es 20 veces más poderoso que el del ser humano.

5. Las grandes orejas de un serval le ayudan a escuchar claramente los tenues sonidos de sus presas.

6. Existen 35 especies de gatos silvestres en el mundo.

7.  El puma también puede llamarse león montañés, pantera o puma.

8. Una chita puede acelerar su velocidad más rápido que un auto de carrera.

9. Los tigres pueden comer más de 37 kilos de carne en una sola comida. Esta cantidad es similar a comerse 70 bistecs.

10. Un leopardo puede subir el cuerpo de un antílope pequeño a un árbol de hasta 15 metros.

11. Cada especie de los grandes felinos posee un pelaje único que le sirve de camuflaje.

12. La mayoría de los grandes felinos ruge mientras que los felinos pequeños ronronea.

Estos magníficos animales que tienen a su disposición vastos espacios  no deben formar parte de ningún circo o zoológico donde languidecen o son abusados hasta morir. Ningún niño puede aprender sobre estas especies al contemplar a animales psicóticos y en
cautiverio. Si viajar a sus lugares de origen no está en tus posibilidades, aprende sobre ellos en libros o revistas como la National Geographic o viendo documentales y películas como Felinos de África. Como ejemplo, aquí incluyo tres magníficos videos de Maravillas del Mundo Animal.

 
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Posted by on November 1, 2011 in Animales silvestres

 

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Lucha por la libertad de todos

Ninguna persona pensaría encontrar psicóticos en su visita al zoológico. Y aunque es probable que ciertos humanoides sean víctimas de esta condición mental, no estoy  hablando de ellos precisamente.

La zoocósis es una condición muy frecuente en animales mantenidos en cautiverio. La sola
mención de esta palabra “cautiverio” implica una imagen de desesperanza, de ilusiones perdidas, de total sumisión. Y es que al carecer de estimulación mental y física, los animales se vuelven víctimas de este trastorno que los obliga a comportarse anormalmente balanceando constantemente el cuerpo y la cabeza o mordiendo constantemente los barrotes de sus jaulas. Estos animales estresados al máximo, que se muerden hasta mutilarse, son las criaturas vivientes que se exhiben en los zoológicos.

La visita al zoológico que puede durar entre 2 y 4 horas no tiene comparación con los años
que estos animales pasan alejados de sus hábitats naturales, familiares y congéneres. La deprivación moral a la que se les obliga no compensa que un niño vea a un tigre asiático o a un elefante africano y lo olvide al siguiente segundo. Una vez más, la curiosidad y el morbo malsano de los seres humanos esclavizan a otras especies para lucrar con ellas a su antojo.

En los zoológicos, los animales no pueden desarrollar sus instintos naturales ni los hábitos diarios comunes a su especie. ¿De qué le sirve a un elefante un área miserable de exhibición adornada con una ridícula manguerita cuando en libertad podría caminar por toda la sabana? ¿Qué utilidad tiene un juguete de plástico para un chimpancé acostumbrado a resolver problemas mediante la construcción y el uso de instrumentos?

El verdadero propósito de los zoológicos no es entretener ni educar a nadie, sino lucrar con los animales y utilizarlos hasta el último día de sus miserables vidas. Por supuesto que, en la mayoría, los alimentan y ofrecen servicios veterinarios, pero nada se compara con la libertad que tienen derecho a disfrutar en sus ambientes naturales lejos de la mirada curiosa de humanoides que no entienden que ellos son otras naciones con sus propios derechos e intereses.

La etiqueta de educativos es una etiqueta falsa. ¿Cómo se puede aprender a valorar una especie animal cuando no se le observa en un ambiente natural y propio?, ¿cómo pueden alcanzarse conclusiones etológicas cuando lo único que se puede ver detrás de los barrotes son animales tristes, aburridos, estresados y psicóticos? La conducta natural del animal jamás puede llevarse a cabo en cautividad. Pájaros a los que se les priva de la facultad de volar libremente, animales acuáticos que languidecen en estrechas fosas y muchos otros animales acostumbrados a vivir en grandes manadas o grupos de familias, malviven en solitario incapacitados para poder- entre otras cosas – escoger una pareja, realizar sus
ritos especiales de apareamiento y reproducirse naturalmente.

La gente hace filas para ver a los animales bebés que nacen en los zoológicos. Se hacen concursos para escogerles nombres y se les da gran difusión en la prensa, ¿pero qué sucede cuando estos animales crecen? Por lo general, se les vende a otros zoológicos, circos, laboratorios de experimentación, y parques de caza o se les vende como carne a otros zoológicos pobres.

Proteger especies en extinción suena bien, pero, – por lo general – los directivos de los zoológicos favorecen a los animales exóticos que atraen a la mayor cantidad de gente y dinero. El científico y director del zoológico del Bronx George Schaller dijo, “los zoológicos están contribuyendo a que los animales en peligro de extinción como los pandas, desaparezcan al capturarlos y cambiarlos de un zoológico a otro para exhibirlos”.

Si lo que se pretende es favorecer su reproducción y bienestar, sería mucho más efectivo evitar su caza y captura, evitar la destrucción de sus entornos naturales y desarrollar programas científicos de observación en las áreas donde viven libremente.

¿Cómo puedo ayudar?

  • Evita los zoológicos. Si no hay visitantes, tendrán que cerrar y ya no se capturarán animales para su exhibición.
  • Organiza una noche de cine y muéstrale a tus familiares y amigos la película “DosHermanos” (Two Brothers). Es la historia de dos hermanos tigres con un final verdaderamente aleccionador.
  • Utiliza alternativas modernas y que no involucren la esclavitud de los animales. Si tienes medios, visita a los animales en sus hábitats naturales. Si no es así, utiliza todas las alternativas modernas con las que contamos hoy día. Desde libros y revistas tradicionales hasta documentales en DVD o espectáculos de cine IMAX (en pantalla super gigante y real que te hace sentir que estás allí mismo en medio de los animales). Estos recursos nos permiten acercarnos a los animales y conocerlos de forma más auténtica y verdaderamente educativa.

En este video proporcionado por nuestra colega Ana Julia Torres, fundadora de la Asociación Villa Lorena en Colombia, se ve claramente que el león más fiero y temido es mucho más agradecido que la mayoría de los humanoides.

Termino entonces con las sabias palabras de Lincoln, “Dando libertad a los esclavos, la aseguramos a los libres”’. No seas testigo mudo e indiferente de la esclavitud de los demás.
Lucha por su libertad.

 

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El show más asqueroso de la tierra

Cuando era pequeña y llegaba el mes de julio, mi papá siempre nos sorprendía con entradas para el famoso Circo de Moscú. Entre el gentío, la venta de juguetes, los algodones de azúcar, las palomitas de maíz y los refrescos, nunca pensé en los artistas forzados de ese espectáculo.

Me gustaban los trapecistas, los acróbatas y los malabaristas; pero detestaba con pasión a los payasos que con sus caras exageradamente pintadas y sus guantes enormes hacían reír a la gente con golpes, burlas o chistes vulgares. Los repudiaba tanto como ahora repudio a los circos.

Mi padre fue siempre un hombre bueno y noble, incapaz de maltratar a un animal; pero –
como dicen mis amigos mexicanos – “nunca le cayó el veinte” (nunca se dio cuenta) de la verdad escondida en los circos. Y yo – debo admitirlo con vergüenza – tampoco nunca pregunté nada. Nunca pedir ver cómo y dónde vivían los animales; nunca pensé en la separación de sus hijos y congéneres, ni tampoco en la vida de esclavitud que llevaban. Es cierto que yo era muy pequeña y que aún no estaba entrenada para leer sus ojos, pero todo eso debió haber sido obvio para mí. No pensé en el calor que sentirían en los tórridos veranos ni en el frío que tendrían que soportar en los inviernos. Jamás pensé en los golpes que recibían, ni en el castigo o la vejación de ponerles pinturas, gorros y disfraces
ridículos. Simplemente iba a verlos maravillada en medio de una ignorancia inerte que no despertó hasta que más tarde mis ojos se abrieron a la verdad que se le quiere ocultar a la gente.

Los circos son una atracción tradicional en los que el público encuentra diversión. La curiosidad de ver animales exóticos y de otras tierras a pocos metros de distancia hace que la gente se olvide que lo que realmente está viendo es la explotación de animales que son sometidos a castigos y entrenamientos crueles y antinaturales.

El circo nunca ha dejado de ser cruel. En tiempos pasados, se incluían también a seres humanos físicamente deformes, enanos, siameses, mujeres barbudas y demás…todo con la intención de despertar la morbosidad de la gente. Con el pasar del tiempo, la atención se centró en los animales a quienes se fuerza a aprender trucos a base de golpes, vejaciones, humillaciones y privaciones de todo tipo.

Los animales utilizados en los circos incluyen muchas especies, algunas consideradas exóticas. La gran mayoría son capturados en sus hábitats naturales, algunas veces ilegalmente o vendidos por zoológicos o circos para sacarles el mayor provecho económico.

El transporte, generalmente durante temperaturas extremas, se realiza en estrechas jaulas o contenedores cerrados donde los animales pueden llegar a asfixiarse con el metano de sus propios excrementos, a pesar de que se acostumbra a mantenerlos sedientos para que orinen menos.

Cuando los circos no viajan, los animales permanecen encadenados o enjaulados en lugares donde la falta de higiene es común. Asimismo, es frecuente que presenten síntomas de neurosis, lo que significa que literalmente terminan volviéndose locos.

El entrenamiento de los animales se realiza mediante castigos físicos y psicológicos, obligándolos a adoptar comportamientos anormales para su especie. La sola imagen de un látigo, una barra metálica, o una picana eléctrica les recuerdan las palizas propinadas durante el entrenamiento y de esa manera se logra provocar en ellos un miedo incesante. Y cuando el domador o entrenador no obtiene los resultados deseados, se les priva de alimento y agua.

Si a todo esto sumamos los gritos del público, el ruido de la música y los destellos de las luces, podemos entender por qué han habido ocasiones en las que los animales pierden el control y arremeten contra el público con consecuencias catastróficas.

Los padres llevan a sus hijos a estos circos para proporcionarles alegría; pero los únicos circos en los que la alegría y la sana diversión abundan son los circos sin animales. Los circos tradicionales no son divertidos para los animales ni educativos para los niños; pues la única lección que les enseñan se basa en la crueldad y la indiferencia.

La imagen de un ser humano domando y “controlando” con un látigo a otra especie diferente a la suya solamente denota  la explotación
sobre un ser que se encuentra minimizado en sus capacidades naturales y se rinde a la tortura porque su espíritu se encuentra totalmente quebrado.

Felizmente, en la actualidad existen muchos empresarios circenses que han optado por presentar espectáculos verdaderamente divertidos y creativos en los que no participa ningún animal. Encabezando la lista tenemos al magnífico Cirque du Soleil, el Circo de Pekín, el Circo Italiano y muchos otros que trabajan a nivel local en Latinoamérica. En algunas ocasiones sus precios son prohibitivos para familias numerosas, pero siempre existen otras opciones de entretenimiento. Ten presente que mientras más baratas sean las entradas, más crueles serán las condiciones en las que los animales tendrán que vivir.

Lejos han quedado las luces y la música del Circo Ruso creado en 1919 por el propio Lenin (la tiranía traspasa especies, ¿no es cierto?) para dar lugar a la innegable premisa (de PETA, por supuesto) que los animales jamás fueron creados para entretenernos.

¿Cómo puedo ayudar?

  • Educa a los niños. Explícales que en los circos tradicionales los animales sufren y que los abusos contra ellos no terminarán mientras se sigan comprando entradas.
  • Asiste y promociona a los circos que no utilizan animales. Si sus entradas son muy caras, habla con los empresarios, sugiéreles que incluyan una función a precios populares y hazles mucha publicidad entre tus familiares y amigos.
  • Habla con el alcalde de tu ciudad y solicítale que se prohíban los circos con animales en tu comunidad mediante leyes y ordenanzas.

Y ahora un pequeñísimo ejemplo del mejor circo del mundo, Le Cirque du Soleil. Cada vez que lo veo quedo totalmente maravillada por la destreza, habilidad y creatividad de sus creadores que gracias a su ingenio y profesionalismo no tienen que recurrir al uso de animales como en los circos de la Edad de la Piedra.

 

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