Los seres humanos tienen asombro y fascinación por los otros seres que comparten el planeta con nosotros. Algunos tenemos un inmenso respeto y consideración por sus derechos y quedamos impresionados y anonadados ante su belleza, su fortaleza física, sus colores, proezas y habilidades. Nos maravillamos con ellos con respeto y distancia; pero lamentablemente, el gen deficiente que hace que otros seres humanos se conviertan en humanoides, ha logrado, desde el principio de los tiempos, que esas habilidades que muchos valoramos, se utilicen para explotarlos hasta morir.
Un galgo puede correr más de 65 kilómetros en línea recta. Y después del guepardo y el caballo es el animal más veloz del planeta. Nunca he puesto un pie en un galgódromo; pero, dentro de las limitaciones del jardín inmenso de una persona bondadosa que rescató a dos de ellos, he tenido el privilegio de ver como esa masa de músculos despliega un bellísimo conjunto de armonía, gracia e increíble agilidad.
Los que una vez fueron consideramos miembros de la más exquisita nobleza, hoy son brutalmente explotados en los galgódromos que aún quedan en el mundo como muestra de que la civilización, en su más puro sentido, no ha llegado a esos lugares.
Solamente en los Estados Unidos, donde algunas leyes de protección son aplicables para este mal denominado “deporte” miles de galgos mueren, son eliminados o sufren terribles heridas como patas y cuellos rotos, infartos, sofocación, parálisis, electrocutamiento, etc. En España es muy común encontrarlos colgados en árboles o con un balazo en la cabeza en lugares alejados de las ciudades.
Hace años, cuando esa salvaje forma de “entretenimiento” era aún legal en Arizona, Estados Unidos, nos llegó la noticia de que en el desierto se había descubierto un nicho con los cuerpos de cientos de ellos. Para evitar que se identificara al galgódromo o criadero al que pertenecían, les habían cortado las orejas pues es allí donde se tatúa esa información.
Diariamente, los galgos solo salen de sucias jaulas en las que no pueden moverse o echarse libremente por breves minutos para hacer sus necesidades y para participar en las carreras. Las hembras son inyectadas con fármacos que previenen que entren en celo y es práctica común drogarlos para que rindan mejor en las carreras. Sufren las inclemencias del clima y de infestaciones de pulgas, garrapatas y parásitos internos debido a la precaria dieta con las que se les alimenta. En los Estados Unidos, se les alimenta con un tipo de carne cruda denominada 4D que, en los términos de la industria cárnica, es lo último que queda y que nadie consume de los mataderos.
Estos maravillosos animales que como animales de compañía necesitan la presencia de una familia y vida de hogar, son descartados cuando dejan de producir dinero para los mafiosos galgueros y todo su entorno. Estos animales que tendrían un promedio de vida de 13 años o más, mueren aproximadamente a los 18 meses. Algunos son destinados como sementales y muy pocos tienen la suerte de ser adoptados.
Tampoco hay que olvidar que, a pesar de que los galgueros aseguran no utilizar liebres vivas, esa práctica es muy común. En muchos casos, los galgos, al alcanzar a la liebre la destrozan ante la risa y el orgullo insanos de los galgueros explotadores que solo ven en ellos a una cosa capaz de producir dinero.
Al igual que en cualquier otra industria de explotación de animales para el entretenimiento de las masas, sus abusadores dirán que ellos aman a los perros, que los tratan bien, que nacieron para correr y que ellos los necesitan para mantener a sus familias. El público sensible, compasivo e inteligente no le da crédito a todas esas falsedades y tonterías y como respuesta a su súplica de dejar trabajarlos en paz para que puedan proveer para sus familias, les decimos que se busquen un empleo decente en el que no exploten a ninguna criatura viviente. Parece que los mafiosos han olvidado el viejo dicho que dice que el trabajo dignifica y no denigra.
¿Y quién dice que los activistas por los derechos de los animales no somos persistentes? Después de 72 años (sí, leyeron bien) logramos cerrar el último bastión de abuso de galgos en el estado de Arizona cuando las puertas del Tucson Greyhound Park se cerraron para siempre.
En esta oportunidad esa meta puede convertirse en realidad para nuestros colegas de Proyecto Galgo Argentina quienes a la fecha se encuentran a punto de pasar una ley que prohibiría las nefastas corridas en su país. En los primeros días de noviembre los diputados argentinos decidirán si Argentina avanza hacia la civilización y hacia el respeto por los animales o se queda en el oscurantismo, el retraso y la ignorancia.
Bajo el lema “La vida de cualquier animal es mucho más valiosa que la de aquel humano capaz de torturarlo” Proyecto Galgo Argentina viene trabajando arduamente para alcanzar la ansiada erradicación. Están recibiendo mucho apoyo de los argentinos, pero también es sumamente importante contar con el apoyo de activistas de otros países. Nuestro apoyo se puede concretizar de varias maneras:
- Firmando y difundiendo su petición en: https://www.change.org/p/prohibicion-de-las-carreras-de-galgos-stopgalgueros Su meta es llegar a las 500,000 firmas y aún se necesitan muchas más.
- Enviándoles una donación o comprando algunos de los productos de su tienda: http://www.proyectogalgoargentina.com/
- Tomándote un video o foto con el poster que adjuntaré en la página de Facebook de Animalia Latina y colgándola en la página de Facebook de Proyecto Galgo Argentina: https://www.facebook.com/Proyecto.Galgo.Argentina para expresar el apoyo internacional a la causa. No te olvides de pedir a todos tus contactos que hagan lo mismo. No te olvides de mencionar tu nombre y el pais de donde envias tu apoyo.
Nunca olvides que los explotadores de los animales, sea cual sea su industria de muerte y sufrimiento, siempre se unen. Nosotros no podemos quedarnos atrás y debemos ofrecer toda la ayuda posible a nuestros colegas argentinos hoy mismo. No me salgan con excusas diciendo que lo que los activistas internacionales podrían hacer por los animales argentinos no tiene ningún tipo de repercusión en ese país. Eso es totalmente incierto. Al involucrarnos, los políticos argentinos sabrán que los ojos del mundo estarán centrados en la decisión que tomen y nuestros colegas sentirán la fuerza y la calidez de nuestro apoyo.
Como nuestros colegas de Proyecto Galgo Argentina claramente lo indican: La crueldad no se regula. La esclavitud no se regula. El abuso no se regula. La tortura no se regula. La explotación no se regula.
¡Todo eso se PROHÍBE!
Por una Argentina libre de carreras de galgos, ¡ABOLICIÓN!
Muchas gracias por su ayuda.
Camila Rendn Mendoza
November 2, 2016 at 1:49 pm
Gracias Maru por difundir tan buena causa.
Ya firmé .. publicaré en facebook la petición.
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animalialatina
November 2, 2016 at 8:00 pm
Camila querida, muchas gracias por el apoyo. Es reconfortante saber que puedo contar contigo como siempre. Un abrazo!