La habilidad olfativa de los perros es conocida y apreciada por todos. Los olores son factores cruciales en sus vidas. La nariz larga y ancha se une a un cerebro donde la interpretación de estos datos ocupa un espacio grande y juntos hacen del olfato el sentido más importante de nuestros amigos caninos.
Para darnos una mejor idea de la capacidad olfativa de los perros hagamos algunas breves comparaciones:
• Los perros huelen mil veces mejor que los humanos.
• Los perros tienen aproximadamente 200 millones de receptores olfativos en la nariz, mientras que los humanos tienen sólo 5 millones. El Bloodhound tiene aproximadamente 220 millones.
• Las ramificaciones de los nervios olfativos de los perros se extienden aproximadamente por 100 cm2 opuestamente a los 10 cm2 de los humanos.
Si estos datos anatómicos no fueran suficientes para convencerte de la superioridad olfativa de los perros, hay más particularidades físicas que los destacan en la “arte de oler”. Las narinas de los perros son móviles y se pueden posicionar para captar mejor los estímulos olfativos, y la humedad presente en sus narices también los ayuda a captar los químicos del aire y a encaminarlos hacia sus cavidades nasales.
Hace unos días, unos científicos alemanes, aseguraron y confirmaron que perros entrenados son capaces de detectar cáncer en las personas. El estudio realizado en el Hospital Schillerhoehe, se hizo con una muestra de 220 personas; algunas de éstas con cáncer de pulmón en diferentes fases de desarrollo, y otros sanas. Los perros lograron detectar 71 de 100 casos positivos y 372 de 400 casos negativos.
A estos perros se les conocen como “Sniffer dogs”. Cuando un paciente le confesó a su médico que su perro estaba obsesionado con un lunar que tenía en el cuerpo, este lunar resultó ser un melanoma maligno.
En otro estudio científico que contó con 258 individuos, algunos sanos y otros enfermos; los perros detectaron cáncer en un 95% de los casos cuando olían el aliento de los voluntarios y el 98% cuando olfatearon sus heces.