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Psicopatía de las corridas

24 Feb

Lo más preocupante de las corridas de toros es que la tortura y el ensañamiento contra un ser vivo sean motivo de diversión. No hay nada de mentalmente normal en consagrar una vida a torturar seres indefensos y sea aplaudido por ello. Estableciendo un paralelismo con términos criminológicos, el toro sería una víctima no consensual, es decir; alguien que no es capaz de conceder un consentimiento genuino para la actividad a la cual se le va a someter.

Por otra parte, no es menos preocupante que el repertorio de torturas infligido al toro en la lidia sería considerado un delito de practicarse en un animal doméstico, e incluso requeriría de una evaluación psicológica en muchos países. Existe un importante componente psicológico que aumenta aún  más el sufrimiento del toro ya que es trasladado de su hábitat natural, la dehesa, a un entorno hostil; la no comprensión de una situación aumenta el estrés y el sufrimiento.

La persistencia de conceptos cartesianos que fomenta una sociedad especicista, privando a los otros animales de los más mínimos atributos como la capacidad de sentir dolor, corrompen la afinidad natural de los niños hacia los animales, exponiéndolos a actos de extrema violencia como son las corridas de toros u otras fiestas populares. Estudios recientes demuestran que el simple hecho de ser testigo del maltrato a los animales perpetúa el ciclo de la violencia a través de la insensibilización y de la imitación. Los jóvenes que presencian maltratos a animales de manera reiterada, podrían ser más vulnerables a aprender a usar la violencia en sus relaciones personales.

En una muestra de 344 menores, el 72% dijo  que no les gustaban las corridas. Los motivos que dieron los niños son la muerte del animal y sus sufrimientos. El informe aconseja no llevar a los menores a los menores. Asimismo, también aconseja que los menores no sean testigos del maltrato a los animales en fiestas populares. Ahí radica un importante elemento: la evolución de la raza humana, entendiéndose como el progreso de una sociedad hacia una serie de valores de protección para todos, cualesquiera que sea la especie a la que pertenecen. Asimismo, el desarrollo de la empatía, la compasión, la inteligencia emocional, la justicia social, y la ética.

Una sociedad es más civilizada cuando más regulada esté. Una sociedad menos violenta nos obliga, dada la propia condición humana, a establecer una serie de prohibiciones que nos parezcan aceptables, como el homicidio, el asesinato, la pedofilia, las agresiones sexuales e incluso prácticas con un componente cultural importante como la mutilación genital femenina. En estos casos, las leyes se elaboran para proteger a las víctimas lo que, necesariamente conlleva una restricción de la libertad absoluta. Esto es exactamente lo que debería pasar en el caso de los espectáculos crueles contra los animales considerando que su permanencia corrompe no solamente la mente, sino también el alma de la sociedad y de las futuras generaciones.

 
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Posted by on February 24, 2012 in Corridas de toros

 

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